Colaboración forzada: Columna de Augusto Álvarez sobre guerra fujimorista

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Fuerza Popular: Esto no es Armani… ¡Esto es guerra!

Kenji está teniendo un protagonismo importante en la política, pero no perder de vista que el pleito de fondo es entre Alberto y Keiko.

Mototaxistas como Lourdes Alcorta y Luis Galarreta repiten que el apellido Fujimori no genera privilegios en el partido, pero olvidan que los pleitos relevantes ahí solo son entre Fujimoris. El resto mira, grita, pifia, aplaude y… se alinea. Nada más.

Ni Alberto ni Kenji pretenderían disputarle la candidatura a Keiko, pero sí discrepan con su dirección de Fuerza Popular y, en particular, con el manejo de su indulto. Lo que en el fondo quiere Alberto es influir en las decisiones del partido, para lo cual está buscando fortalecer su posición dentro del mismo a través de Kenji.

Es por eso que el mototaxista Luis Galarreta señala: “Si Kenji está en la línea en que la institucionalidad no le interesa, es porque tiene el chip de la época de los noventa”. Los noventa es, obviamente, Alberto Fujimori.

Los tuits de Alberto Fujimori en defensa de Kenji y contra Keiko perfilan a alguien sin intención de, como sugirió Úrsula Letona, retirarse a cuidar a las hijas de Keiko si lo indultan.

Con quienes está más molesto Alberto Fujimori es con varios mototaxistas que han golpeado con dureza a Kenji. Especialmente con Galarreta y el ex aprista Daniel Salaverry.

Por eso, varios mototaxistas le han reclamado a Keiko que los defienda de las iras de Alberto, y ella les ha garantizado que así será.

Es más, es obvio que varios fujimoristas no se atreverían a insultar a Kenji sin el permiso de Keiko, ni ahora al propio Alberto, como lo ha hecho Rolando Reátegui, quien –sin tomar conocimiento– le ha dicho “que se tranquilice, que tome una agüita de azahar; le guste o no, las decisiones políticas son así”.

Keiko ordena a su team que salga a morder a su padre y a su hermano, y el equipo cumple con entusiasmo.

Luz Salgado, en cambio, que conoce el fujimorismo como pocos desde el comienzo, de los tiempos de la Agraria, sabe que esos pleitos familiares van a acabar con un amiste, y que los que hayan tomado partido con entusiasmo, van a quedar mal.

Martha Chávez sí ha tomado partido por Keiko, avalando la sanción a Kenji. Ella es la coach de Rosa Bartra, una aspirante a reemplazar a su maestra en el arte de la obcecación.

Kenji tiene 23 entusiastas congresistas a los que aún les falta tomar valor para convertir su entusiasmo en acción política. Un día lo harán.

Es obvio que el pacto de PPK es con Keiko. No con Kenji ni Alberto. Y la manera como otorgará el indulto será negociada con Keiko. No con Kenji.

Augusto Alvarez Rodrich/Columna de Opinión «Claro y Directo»

Diario La República