A menos de un mes de haberse realizado el pintado de la fachada de la Municipalidad Provincial de Trujillo, a cargo del alcalde Arturo Fernández Bazán, los trabajos están empezando a deteriorarse, a tal punto de caerse en partes de su estructura.
El escandaloso deterioro de la comuna se debería a la improvisación del burgomaestre por pintar el palacio municipal, sin antes, haber brindado la supervisión y mantenimiento que corresponde.
Es así que, partes de la fachada del municipio se están levantando y descascarando, además se pueden observar que existen malos acabados en los detalles estructurales.
Dicha situación pone en evidencia la incapacidad de gestión de Fernández Bazán en el cargo de autoridad edil en la provincia de Trujillo, quien, hasta la fecha, no ha podido solucionar los problemas que aquejan gravemente a la ciudad.