El exgerente de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), Bernardo Alva, señaló que el desorden que se ha generado en la plaza de Armas de Trujillo por la colocación del famoso tiburón y la apertura al comercio informal, acciones aprobadas por la cuestionada gestión del sentenciado y suspendido alcalde de la MPT, Arturo Fernández, degrada la afluencia turística.
“Colocar elementos como ese muñeco (el tiburón), que eso no tiene la categoría de estatua, en la plaza de Armas de Trujillo o convertir el local municipal en una especie de torta de cumpleaños o de bodas, decorado pesimamente mal con ventanas amarillas de color tasio de un gusto espantoso, lo que genera es la sorpresa de visitante. Hay que tener en cuenta que turísticamente la ciudad de Trujillo, el centro histórico y especialmente la plaza de Armas que es el lugar más visitado por el turista nacional y extranjero, después sigue Huanchaco y las Huacas de Moche. La plaza de Armas de Trujillo ya tiene un flujo turístico regular constante, entonces meterle elementos como los contenedores de basura que están ahora alrededor, le quita su espacio. Cambiar los colores de las farolas sin autorización de la Dirección Desconcentrada de Cultura viola las normas municipales, nadie va venir a una ciudad para ver lo que puede ver en su lugar (congestión vehicular, comerciantes informales), eso es absurdo”, señaló el exfuncionario de la MPT.
Asimismo, Alva Pérez aseveró que el cierre de vías sin ningún criterio técnico del centro histórico de la ciudad por parte de la disociadora autoridad edil para realizar sus risibles espectáculos también tiene una incidencia negativa en el comercio local.
“Estos continuos cierres del centro histórico, estos continuos visitantes masivos locales, ¿generan tranquilidad para la venta de las personas que trabajan en el centro?, la respuesta es no. El centro histórico de Trujillo está compuesto en un 70% por locales comerciales y los impactos de cierres de vías hacen que se disuada la visita (turistas), en consecuencia, el tipo de comercio decae, porque una cosa es comprar chifles, coquitos y otra cosa es comprar artículos de primera necesidad; entonces efectivamente la palabra es degradación del centro histórico, la degradación del propio habitante de Trujillo y luego es el tema de la visita turística”, precisó Bernardo Alva.
Finalmente, el exfuncionario municipal remarcó que la gran afluencia de visitantes locales en la plaza de Armas de Trujillo tras la colocación del tiburón no se contempla como turismo, simplemente es una visita del momento por los elementos novedosos que ha colocado el polémico burgomaestre.
“En este momento hay un flujo tremendo de visitantes locales, de gente que vive acá y que viene de otros sectores porque le atrae el juego de luces, pero eso no es turismo, es gente local. El turista viaja porque hay algo nuevo que no ve en su lugar, un centro histórico como el de Trujillo con sus casonas republicanas, bien pintadas, con vías bien asfaltadas, con seguridad es atractivo y eso hay que evitar perder”, enfatizó.