Luego que Arturo Fernández fuera suspendido del cargo de alcalde de la ciudad de Trujillo, la plaza de Armas de la provincia luce ordenada y sin presencia de ambulantes ni puestos de venta estacionarios.
Como se sabe, el exburgomaestre permitió el comercio informal en las cuatro cuadras que rodean la plaza de Armas, convirtiéndola en un mercado al paso, incluso algunos ciudadanos la tildaron como “el mercadito de la plaza de Armas”.
Hay que recordar que el sentenciado y suspendido exburgomaestre sin criterio alguno, los fines de semana ordenaba cerrar las calles del perímetro del centro histórico y ocasionaba caos vehicular, por permitir el comercio ambulatorio.
Para la autoridad edil esto era fomentar el turismo y la economía, sin embargo, se dedicó a cerrar centros comerciales, acciones que dejaron a miles de trujillano sin trabajo.