La presencia del exgobernador regional Reynaldo Hilbck Guzmán ha dividido a la militancia de Renovación Popular en Piura. Su regreso al escenario político, como candidato invitado al Senado, con el número 1, ha desatado una tormenta que fracturaría el partido y alimenta las sospechas de un proceso “hecho a la medida” y que estaría plagado de irregularidades.
El punto de quiebre fue la exclusión de la lista de candidatos número 2, encabezada en el Senado por José Federico Bazán Correa y en la Cámara de Diputados por Fátima Paola Zapata Zapata, quienes representaban al sector crítico y opositor al bloque de Hilbck.
Esa decisión, aseguran los militantes, cerró la competencia interna y dejó el camino libre a Hilbck y sus aliados, quienes hoy controlarán la lista oficial presentada por el abogado Yoel Amed Rodríguez Cárape.
Militantes de base hablan de una elección sin equilibrio, un partido que se pudre por dentro y un discurso de moral que se derrumba en Piura, mientras Rafael López Aliaga intenta sostener desde Lima su imagen de cambio y pureza política.
La lista 1, presentada por Rodríguez Cárape, fue la única admitida por el Comité Electoral Regional. Este personaje, vinculado al exrector de la Universidad de Piura César Reyes Peña, actual figura de Alianza para el Progreso (APP), habría actuado bajo la línea política de Hilbck, consolidando lo que las bases llaman “un bloque de poder camuflado”.
Para las bases, esta exclusión fue una maniobra política que eliminó la competencia y entregó el control total al bloque liderado por el exgobernador y sostenido por el exalcalde Juan José Díaz Dios y el congresista Miguel Ángel Ciccia Vásquez.
Las bases advierten que tras este bloque se mueve una red que mezcla poder económico, nexos universitarios y operadores políticos reciclados. Lo que debía ser renovación, terminó convertido en restauración.
Cabe destacar que Reynaldo Hilbck arrastra investigaciones fiscales por presunta corrupción, colusión agravada y negociación incompatible durante su gestión regional (2015–2018).
La Contraloría y la Fiscalía Anticorrupción de Piura le atribuyen responsabilidad en irregularidades del proyecto Alto Piura y obras de reconstrucción tras El Niño Costero, donde se detectaron pagos sobrevalorados, adendas ilegales y direccionamiento de licitaciones a empresas cuestionadas como Obrainsa y C&C.
Por estos procesos, el Ministerio Público dispuso el embargo de sus cuentas personales y bienes, mientras continúan abiertas investigaciones por presunto favorecimiento a contratistas y perjuicio económico al Estado.
Este escándalo golpea directamente la imagen de Rafael López Aliaga, quien predica austeridad y limpieza moral, sin embargo, su partido en Piura se hunde en denuncias de favoritismo y reciclaje político.
Para muchos, esta crisis marca el inicio del derrumbe moral del partido en el norte. Las bases, antes llenas de esperanza, hoy hablan de cansancio y desilusión. El discurso anticorrupción se diluye entre alianzas cruzadas y pactos de poder. Y el norte, que debía ser el bastión moral de Renovación Popular, se convierte en su mayor herida política.
Fuente: Noticias Piura








