Luego de la última derrota de nuestra selección, que nos dejó fuera del Mundial Qatar 2022, miles de peruanos se han sumido en sentimientos como el enojo, tristeza y frustración. Sin embargo, ¿Qué pasa cuando son los niños quienes no saben cómo sobrellevar estas situaciones?, pues aquí la psicóloga Sandra Fuentes Chávez da alcances a respecto.
Para Sandra Fuentes Chávez, psicóloga y docente de la Universidad César Vallejo (UCV), en el caso de los menores esta actividad cumple un rol importante debido a que fortalece el área social. “A través de la interacción con sus pares, desarrolla y fortalece la inteligencia, creatividad, entre otras funciones, lo cual ofrece una gama de respuestas ante conflictos futuros”, mencionó la especialista.
A través del juego se puede enseñar, por ello la psicóloga enumeró algunos beneficios de esta metodología de enseñanza, no sin antes recordar que siempre será necesario el acompañamiento de los padres de familia o de algún adulto para poder orientarlos: Trabajar normas, trabajar límites, esperar turnos, tolerancia, valores y empatía.
El juego siempre va acompañado de la competencia, que también tiene ventajas y propósitos aunados a las acciones lúdicas. No obstante, antes de incentivarlos a competir, se deben resaltar las oportunidades que nos brinda el juego, poniendo como objetivo principal explorar su creatividad en cuanto a estrategias lúdicas, aprendiendo y al mismo tiempo divirtiéndose.
“Es necesario que se le explique al menor que los juegos y las competencias no solo están destinados a ganar, sino también a fortalecer algunas habilidades y capacidades. Es prioritario que los padres instruyan con el ejemplo recalcando que en toda competencia habrá una persona que tendrá la ventaja de haber ganado, otra persona que le costó ganar o un empate”, puntualizó.
¿Qué ocurre cuando los padres incita a los menores a ser los mejores en todo, sin permitirles la posibilidad de equivocarse?, esta dinámica destina a los pequeños a no recibir una respuesta negativa, lo que los lleva a sentirse tristes, molestos, hacer berrinche y frustrarse.
Recordemos que si se le enseña al niño que solo debe ganar y que toda su vida tiene que ser el mejor en todo (lo cual podría motivar), no será capaz de desarrollar estrategias asertivas en cuanto a la resolución de conflictos.
“Eso puede provocar que el menor busque solo obtener éxito, llegando a frustrarse o tener un manejo no asertivo de sus emociones. Lo mismo podría suceder en competencias académicas, donde no necesariamente entra a tallar la acción lúdica, sino competir por ser el mejor de la clase, en los exámenes, luchando por ser una persona sobresaliente, lo cual no tendría nada de malo, siempre y cuando vaya acompañado de motivación y aliento”, acotó la Dra. Sandra Fuentes.
Finalmente, la especialista resaltó que cuando los niños se sienten derrotados en alguna competencia, ya sea lúdica o académica, es importante el acompañamiento de los padres, la familia e incluso sus maestros, brindando protección; pero también permitiéndoles buscar mejoras, explicándoles que los resultados son temporales y pueden variar.
“Cuando el niño gana algo u obtiene un triunfo, la familia siempre lo acompaña, pero es importante hacer lo mismo cuando ha obtenido una pérdida o una derrota, alentándolos y animándolos a mejorar cada día, fortaleciendo sus capacidades y habilidades”, finalizó la psicóloga