Un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter ha sacudido en la madrugada de este lunes el sureste de Turquía y el norte de Siria, dejando más de 1 600 muertos y miles de heridos y desaparecidos.
El sismo dejó extensas zonas devastadas, en las que se teme que haya decenas de personas atrapadas bajo los escombros. Ante esto, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reconocido que es probable que la cifra de fallecidos aumente de forma considerable y ha calificado el seísmo como la peor tragedia desde el gran terremoto de Erzincan en 1939.
“No sabemos cuántas víctimas va a haber, pero los esfuerzos se centran en buscar en los escombros de los edificios afectados en la zona del terremoto”, precisó.
De otro lado, la Unión Europea ha informado de que 13 Estados miembros han ofrecido equipos de búsqueda y rescate para ayudar en las tareas de salvamento que se llevan a cabo en Turquía y Siria.