Polémica en el Consejo Regional de La Libertad. El consejero por Trujillo, Ever Cadenillas, señaló que es una exageración calificar de «niños» a consejeros regionales que independientemente de su filiación votan en sintonía con el oficialismo.
«Cuando una autoridad asume un cargo, como en este caso los consejeros, un gobernador regional o alcaldes, se debe priorizar la atención de la comunidad antes que los intereses políticos, que es lo que siempre ha traído atraso a los pueblos. Dejemos atrás eso», aseveró.
“Los que ahora critican y califican de ‘niños’, detrás de bambalinas, para que tontos útiles sigan la corriente, en su momento fueron calificados de traidores», enfatizó.
Para Cadenillas, es totalmente irresponsable comparar a consejeros con un grupo de congresistas que vienen siendo investigados por la comisión de supuestos delitos, a los que se le conoce con el apelativo de «niños».
«Usar ese cliché lo único que hace es denigrar a las personas que lo utilizan y obedece a un acto totalmente político que comenzó con pasquines en las redes sociales, con ese mismo tenor, lógicamente digitado por trajinados políticos que solo buscan el interés personal y a los que todos conocen», añadió.
«Manchar el honor de las personas es un delito, dado que cuando dices ‘niños’ te refieres a actos propios de ilícitos penales. Habría que recordar que los congresistas calificados como ‘niños’ nunca se fueron de su bancada y operaban para sus fines propios desde allí», enfatizó.
«Que quede claro que los consejeros que ahora formamos la ‘bancada por la gobernabilidad’ buscamos el bienestar de La Libertad, sin intereses particulares; y que la decisión que adopten los consejeros nunca estará coaccionada, sino que obedece a criterios personales y decisiones propias basadas en intereses comunes a favor de las mayorías», agregó.
Para Cadenillas, todo apunta a señalar que hay una directiva política para minar el camino del actual gobernador regional, cerrando el paso en el Consejo, a cualquier costo, que se haga una buena gestión, para desgatar a la autoridad y el partido al que representa.